En el proceso de creación de un ecosistema, los desarrolladores son una pieza fundamental. En sus manos está la creación de una atrayente interfaz de usuario, por ejemplo. Una vez montada, también es suya la labor de construir aplicaciones que encajen, que atraigan a usuarios y que en definitiva, marquen la diferencia con la competencia.
Gigantes TIC como Microsoft, Google o Apple miman sus redes de desarrolladores . Conocen la importancia de ganarse su confianza para ganar la guerra de las cifras: en número de apps disponibles en tiendas virtuales, en número de usuarios, en número de aplicaciones de pago que se consumen.
El talento de los desarrolladores se está convirtiendo, amén de otros factores, en la carta de presentación más reconocible para las compañías tras de sí.
Pero, ¿está equilibrada esa tendencia con los sueldos? ¿Puede un desarrollador vivir dedicándose exclusivamente a la construcción de apps?
Un reciente estudio elaborado por el site GigaOM ha entrevistado a cientos de desarrolladores con el fin de dibujar el perfil de un ingeniero de software. La principal conclusión: un desarrollador puede vivir desahogadamente de construir apps… bajo el paraguas de una compañía de aplicaciones.
Según los resultados del estudio, la creación de apps no es en los casos observados una ocupación exclusiva. El 75% de los entrevistados tienen otro trabajo o emplean poco tiempo al desarrollo.
Más de la mitad de los encuestados no gana más de 500 dólares mensuales por sus aplicaciones de pago. Para aquellos que desarrollan aplicaciones que dependen de publicidad, la cifra es considerablemente menor: ganan menos de 100 dólares al mes.
En el otro extremo, el 5% de los encuestados gana en torno a 20.000 dólares mensuales. Son, sin duda, desarrolladores que trabajan para grandes firmas de aplicaciones.