“¿Te das cuenta de que esto no va de teléfonos?”. Una pantalla muestra este eslogan en un patio abierto entre dos de los pabellones de la Fira de Barcelona.Valga como guía para comprender, en el confuso menudeo de dispositivos que han invadido el Mobile World Congress, que este encuentro confía su futuro a la tecnología en su sentido más amplio.
Realidad virtual: ya aquí, pero bien cara
La feria CES de Las Vegas lo anunció hace un mes y el MWC lo confirma: este es el año en el que, ahora sí, la realidad virtual abandona la fase de prototipo y entra en los catálogos de venta. Si Oculus Rift dejó claro que los cascos serán un producto caro y privativo para adictos a los juegos, el segundo estreno más esperado abunda en la percepción de que la realidad virtual es todavía un capricho: HTC presentó sus gafas VIVE, que costarán 799 dólares y precisarán de un buen equipo informático. Más modestas, pero también menos aparatosas que los cascos, son las gafas que ha creado LG. Los coreanos enriquecen el ecosistema de la realidad virtual con una cámara asible con una mano que graba en 360 grados. Su usuario en estos dispositivos es el doméstico, mientras que el de Samsung, con una cámara que graba en 4K y Nokia, con una hidra que registra sonido desde todos los ángulos, están pensadas para los creadores de contenidos profesionales.
Vídeo en alza y ‘streaming’ ciudadano
El Mobile ha reunido a más de 100.000 personas que, por las huelgas de transporte y los embotellamientos, han llegado baqueteadas y confusas a los recintos feriales de L’Hospitalet. Desde el olimpo de los gurús, Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, bendijo la realidad virtual, constató que el vídeo seguirá siendo el contenido más consumido en las redes y filosofó sobre el poder de que un simple mortal pueda emitir vídeo en streaming, robándole así el poder a las cadenas de televisión. El vídeo en directo se convierte en nuevo atributo del homo netizens, ese ciudadano que ya no solo está conectado a la Red, sino que la nutre continuamente de contenido.
Lo modular sorprende más que lo sumergible
Samsung ha plantado una tienda provisional en plena plaza de Catalunya, desafiando a la estable que tiene Apple. El segundo vendedor de móviles del mundo no puede sentirse decepcionado: sus Galaxy S7 y S7 Edge se han hecho con la atención mediática del congreso con sus 200 gigas de memoria, imagen mejorada y posibilidad de sumergirse. Eso sí, LG se ha llevado de manera imprevista una buena parte del interés, con su G5, un móvil modular y actualizable. La clave en los tiempos en que la innovación avanza a trompicones podría ser esta: si no puedes ofrecer más y más megapíxeles, si no logras la batería que aguante de verdad más de un día, al menos sé distinto. El LG G5 lo ha conseguido, y además incluye ya el nuevo conector reversible USB-C, frente a los Galaxy y el Sony Xperia, que se resisten al cambio.
Los ‘wearables’ apuntan al oído y al pecho
El Mobile es una factoría de nuevos anglicismos: si aún apenas hay traducción eficaz para los wearables, la tecnología ponible, ya hay que acostumbrarse a los dispositivos hearable (de oír en inglés), que susurran al oído información, dan instrucciones y permiten algo que parecía tan obsoleto como hablar por teléfono. Google, Apple, Samsung y Microsoft trabajan en estos dispositivos (de los que se venderán nueve millones en 2020, según la analista de mercados CCS Insight), pero quien se ha mojado en el MWC es Sony con su Xperia Ear y un asistente virtual, aunque con una batería limitada a poco más de tres horas. Junto a ellos, la tendencia son las cámaras que se llevan en el pecho (25 millones se espera vender en 2020). La idea es grabar en tiempo real la vida: otro puntal que aúpa como tendencia el streaming.
Internet de las Cosas: un ‘boom’ que alentará el 5G
En 2020 habrá 50.000 millones de dispositivos conectados a la red. En el bosque tupido del Mobile lo más complejo es saber si un nuevo gadget del Internet de las Cosas es flor de un día o puede convertirse en un icono de una nueva tendencia a la que estar bien atentos. Una cosa está clara, la explosión de dispositivos será tan grande como lo permita la conectividad: hay que mejorar las redes. Sobre todo, reducir la latencia, el antónimo de la fluidez en la transmisión de datos. El 5G no ha adelantado en el Mobile su fecha prevista de llegada al mercado, 2020, pero al menos Telefónica, Nokia, Samsung, Intel, Vodafone, Ericsson o Huawei se mojan con nuevos proyectos. Zuckerberg lo mencionó en sus momentos más altruistas: «El 5G está bien, pero hay que llevar Internet a todo el mundo».
Conectividad al volante, novedades de segunda
Llegar mejor de la casa al trabajo, aunque tu coche ya no sea tuyo. Mark Fields, el director ejecutivo de Ford, ha confirmado que la propiedad de un coche quedará relegada, en las grandes ciudades, al sentido práctico: lo que importa es moverse aunque el vehículo no sea tuyo (y ni siquiera tenga conductor humano). Entre las aplicaciones prácticas presentadas en el congreso, llaman la atención unos sensores de Fujitsu que vigilan los ojos de conductor y detectan cuando aparta la vista de la carretera. También, una aplicación para pasarle las llaves (digital) del coche a un amigo a través de móvil. Sin embargo, no se ha presentado nada que no se haya visto antes. El MWC ya no va solo de móviles, queda claro, pero en tecnología del automóvil es un congreso subalterno.