Un equipo del Reino Unido ha desarrollado un programa de ordenador que detecta si la persona que lo usa está aburrida o interesada a partir de su lenguaje corporal. Cuando una persona está absorta en algo, reduce unos pequeños movimientos constantes llamados ‘movimientos no instrumentales’, que los hacemos todos. El hallazgo podría usarse para perfeccionar los robots de compañía.
La investigación muestra que mediante la medición de los movimientos de una persona, mientras usa un ordenador, es posible juzgar su nivel de interés analizando los pequeños movimientos que las personas exhiben generalmente de forma constante, conocidos como movimientos no instrumentales.
Si alguien está absorto en lo que ve o hace -lo que Witchel llama «dedicación extasiada»- hay una disminución de estos movimientos involuntarios.
Witchel explica, en la nota de prensa de la universidad: «Nuestro estudio mostró que cuando alguien está realmente muy interesados en lo que está haciendo, suprime estos pequeños movimientos involuntarios. Es lo mismo que cuando un niño pequeño, que normalmente está constantemente en movimiento, mira fijamente los dibujos animados de la televisión, sin mover un músculo.
«Ser capaces de leer el interés de una persona con un programa de ordenador podría producir beneficios para el aprendizaje digital del futuro, haciendo mucho más que sea un proceso en dos sentidos», dice Witchel. «Más adelante podría ayudar a crear robots de compañía más empáticos, que pueden sonar muy de ciencia ficción, pero se están convirtiendo en una posibilidad realista dentro de nuestras vidas.»
El estudio
En el estudio, 27 participantes se enfrentaron a una serie de estímulos de tres minutos en un ordenador, desde juegos fascinantes a tediosas lecturas de regulación bancaria de la UE, mientras usaban una rueda de desplazamiento de la mano para minimizar los movimientos instrumentales, tales como mover el ratón. Sus movimientos se cuantificaron durante los tres minutos usando seguimiento de movimiento por vídeo. En dos tareas de lectura comparables, la lectura más atractiva provocó una reducción significativa (42%) del movimiento no instrumental.
El equipo también incluyó otros investigadores de la Universidad de Sussex, y del grupo de biomecánica clínica de la Universidad de Staffordshire.