Hacia donde nos dirigimos: Ni la empresa es la misma, ni el trabajador lo es

Blog septiembre 28, 2017

No supone sorpresa alguna decir que el modelo de trabajo está cambiando. Cada vez son más los bombardeos informativos que hablan de los robots como los auténticos protagonistas del futuro. Sin embargo, sería interesante analizar hacia donde ya ha empezado a evolucionar el auténtico cambio en el mundo laboral.

Es voz populis que las formas de gestionar las empresas han ido cambiando. El trabajador ya no tiene procesos claramente delimitados en los que el jefe pide y exige el modo en el que desarrollarlo, sino que cada vez se confía más en la formación de cada integrante del equipo, los cuales pasan de simplemente acatar órdenes, a proponer, debatir y llevar a cabo nuevas vías para sacar adelante un trabajo. Por ejemplo, hace unos años un programador llegaba a una empresa y tenía que seguir una metodología definida, mientras que ahora el profesional IT, al estar también más formado, puede gestionar otras formas de trabajar el código, obteniendo en varias ocasiones resultados más rápidos y mejores, los cuales acaban yendo en beneficio de la empresa.
Los empleados cada vez son más experimentados, lo que aporta una mayor autonomía en las oficinas. La iniciativa personal cobra cada vez más relevancia y el trabajador siente que su papel adquiere mayor envergadura al ser escuchado.
Este nuevo papel dentro del mundo laboral hace estimar que en pocos años las profesiones cuenten con un porcentaje elevado de autónomos, tanto de aquellos que trabajan en remoto como los que acuden presencialmente a las empresas.
En el sector IT, donde cada vez la contratación por proyectos aumenta, las empresas son las primeras en solicitar a sus equipos de RRHH que seleccionen perfiles de tipo freelance que deseen participar en un proyecto determinado.

El sentimiento de libertad que otorga ser freelance es el principal propulsor de esta tendencia cada vez más común. No hablamos simplemente de ser capaz de gestionar el trabajo o los tiempos, sino de ser el responsable de su propio destino económico.
Profesionales del mundo IT con los que trabajamos coinciden en sostener que hacerme autónomo fue la mejor decisión que podía haber tomado, se convierte en un trabajo dinámico en el que puedes renovarte e innovar de manera continua trabajando en distintos proyectos, además de proporcionar aires nuevos y ponerle precio a tus horas de trabajo”.
Todos ellos también coinciden en la importancia que tiene la formación, la obligación que sienten por irse renovando e ir entendiendo y adaptándose a los cambios que puedan traer consigo el sector. Adquirir un valor añadido mediante la formación hace que los autónomos inviertan en ser más atractivos a los ojos de las grandes empresas, no solo antes de comenzar su andadura en el mundo laboral, sino también durante y después de la misma.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce en el mundo freelance. Ser dueño de uno mismo hace que delimitar las horas de trabajo y ocio se desvanezcan en muchas ocasiones. Incluso, a veces, el hecho de tener que entregar un proyecto un día concreto puede hacer que trabajes en días festivos o te veas realizando horas extra. Eso sí, si eres freelance en remoto podrás tener la suerte de llevar a cabo todo esto mientras disfrutas, por ejemplo, de una terraza al sol.
En conclusión, tras analizar las características tanto de trabajadores como empresarios, podemos sostener que ni la empresa es la misma, ni el trabajador lo es. Nos dirigimos hacia un  mañana en la que la trayectoria profesional será una sucesión de proyectos con poca relación entre sí, lo que dista de los trabajos cotidianos en los que una persona entra en una empresa y se hace vitalicia su etapa en ella.
Con todo ello… ¿Podrías considerarte un “moderno” que ya vive en la tendencia futura, o eres de los que aún se está debatiendo si dar un giro a su vida profesional?
 

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