"No se trata de hacernos expertos en ciudades inteligentes (smart cities, en inglés), sino de comprender que la tecnología para las urbes es una cuestión de supervivencia, porque el éxodo que se produjo con la revolución industrial, del campo a la ciudad, será ahora al revés". Así se ha manifestado esta mañana el consejero delegado de Amper, Alfredo Redondo, durante el primer debate de Emtech Spain, la conferencia sobre tecnologías emergentes que organiza el estadounidense Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en Málaga por segundo año consecutivo, y que patrocina PRISA, editora de EL PAÍS. El responsable de Amper también ha destacado durante el debate sobre las ciudades del futuro: "Tampoco se puede pensar en el corto plazo sino en el largo. Por desgracia, en este país no parece que vayamos a destacar, precisamente, por la planificación".
Antes de su intervención, Malcolm McCulloch, director del grupo de energía y potencia de la Universidad de Oxford, ha recordado que de seguir al ritmo actual de consumo, serán necesarios 2,5 veces los recursos del planeta para subsistir. "Cuanto más urbanizado y desarrollado es un país, peor es su impacto ecológico". Como es imposible impedir que otros alcancen nuestro desarrollo, lo fundamental es encontrar la fórmula que permita aumentar el nivel de vida sin aumentar las emisiones, estableciendo un equilibrio entre suministro y recursos.
La elección de la capital malagueña no es casual. Se sitúa entre las 200 ciudades tecnológicas más punteras del mundo, según el director de Málaga Valley, Javier Cremades, que también organiza este evento. "Nuestro objetivo es estar en primera fila, compitiendo, liderando, porque es absolutamente necesario. Málaga es un laboratorio y tenemos que mostrarlo al mundo". Su intervención ha finalizado con una declaración de principios: "Tenemos que ser líderes en tecnología ecológica y soluciones urbanas. Copenhague (Dinamarca) quiere ser neutra en sus emisiones en 2025, nosotros también. Por eso es importante el laboratorio de tecnologías urbanas sostenibles".
Las ciudades son, hasta que no empiecen a despoblarse, un polo de atracción para la gente. Su futuro depende, en gran medida, de la capacidad que tengan para ser sostenibles. Cremades ha asegurado que la inversión prevista para las soluciones ecourbanas sea del orden de 10 veces el PIB mundial. "Este es el futuro y hay que aprovecharlo" . Hay negocio. Por eso no sorprende que en una conferencia de tecnología, innovación y emprendimiento se hayan visto más, de momento, a ejecutivos de grandes empresas, como Acciona o Ferrovial.
"Solo en EE UU se calcula que una red de transportes eficientes, ahorraría 100.000 millones de dólares. Lo mismo en la construcción, si se construyera para consumir menos.
De los 22,5 millones de viviendas españolas, más del 60% no cumple ninguna norma energética. Un plan para rehabilitar 25.000 cada año, permitiría ahorrar el 60% del consumo energético", ha destacado el vicepresidente de Ferrovial., Joaquin Ayuso, que también suscribe las tesis de Redondo respecto al corto plazo "en el ámbito público".
La nota optimista de la primera charla ha llegado de la mano de Eduardo Fernández, director de RIM. "Toda la tecnología que hace falta para crear ciudades inteligentes ya está disponible. Solo hace falta que se implemente y que la adopten los ciudadanos". Por ejemplo, instalar sensores para que se apaguen las luces cuando no estamos presentes o que controlen el gasto de la lavadora. "En el camino hacia este nuevo mundo", sostiene Fernández, la oportunidad de negocio es brutal".
